Pruebas Funcionales
Pruebas diagnósticas para enfermedades neurológicas

Debido a que el sistema nervioso controla muchos procesos del cuerpo, el examen clínico es de gran importancia y además existen muchos tipos diferentes de pruebas diagnósticas que corroboran las sospechas o ayudan para valorar la evolución de una enfermedad. Las pruebas son variadas y dependerán del motivo del examen.
Entre las pruebas más utilizadas para diagnosticar enfermedades neurológicas se encuentran la resonancia magnética, la tomografía computarizada, electroencefalograma etc. Cada una de estas pruebas permite observar distintos aspectos del sistema nervioso, ya sea la estructura del cerebro, la actividad eléctrica o la presencia de infecciones.
¿Para qué sirven las pruebas diagnósticas neurológicas?
Las pruebas diagnósticas en neurología tienen como principal objetivo identificar alteraciones en el funcionamiento o la estructura del sistema nervioso central y periférico. Estas pruebas permiten confirmar o descartar enfermedades neurológicas como epilepsia, esclerosis múltiple, accidentes cerebrovasculares, tumores cerebrales, neuropatías, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, entre otras.
Tipos de pruebas




Rol de enfermería
Antes de la prueba:
- Brindar información clara al paciente y a la familia sobre el procedimiento.
- Verificar indicaciones médicas previas (ayuno, hidratación, suspensión de medicamentos).
- Evaluar antecedentes del paciente (alergias, uso de marcapasos, claustrofobia).
- Preparar el material y equipo necesario (ropa adecuada, sondas, bandejas, etc.).
- Favorecer un ambiente tranquilo para reducir la ansiedad.
Durante la prueba:
- Acompañar al paciente física y emocionalmente durante el procedimiento.
- Ayudar en la correcta colocación del paciente (posición corporal según el estudio).
- Observar signos vitales y cualquier manifestación anormal.
- Asistir al personal médico y mantener la esterilidad si se requiere (por ejemplo, en punción lumbar).
- Garantizar el cumplimiento del protocolo de bioseguridad.
Después de la prueba:
- Observar al paciente por si presenta efectos secundarios (mareos, dolor de cabeza, sangrado).
- Fomentar el reposo si es necesario (sobre todo tras una punción lumbar).
- Reforzar la hidratación o alimentación post prueba si estuvo en ayuno.
- Registrar los datos obtenidos y cambios en el estado del paciente.
- Educar sobre cuidados posteriores y posibles síntomas de alarma.
Otras recomendaciones e información importante
- Algunas pruebas (como la resonancia magnética) no pueden realizarse en pacientes con dispositivos metálicos internos (como marcapasos).
- En niños, personas mayores o pacientes con deterioro cognitivo, se debe adaptar la comunicación y los cuidados, con enfoque empático.